2 de diciembre de 2023

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Scanners III: El poder de la mente (1991)

Hace buena la anterior
Scanners 3

Título original: Scanners III: The Takeover
Año: 1991
País: Canadá / Tailandia
Director: Christian Duguay
Guion: B.J. Nelson, Julie Richard, David Preston y René Malo
Reparto:
Liliana Komorowska (Helena Monet)
Steve Parrish (Alex Monet)
Valérie Valois (Joyce Stone)
Colin Fox (Elton Monet)
Daniel Pilon (Michael)

Scanners 3
Alex concentrándose

Sinopsis:
Durante una fiesta con su pareja Casey y su hermana Helena, Alex muestra sus poderes como scanner, provocando accidentalmente la muerte de uno de sus amigos. Desolado, abandona Estados Unidos y a su familia y se va a vivir a un monasterio budista en Tailandia, lejos de toda civilización.

Mientras tanto, su hermana Helena cada vez sufre peores dolores de cabeza, que le impiden llevar una vida normal. Cuando descubre que su padre está investigando una nueva droga, el EPH-3, que mitiga los dolores de los scanners y se aplica en forma de parche electrónico en la nuca, se empeña en probarla, pese a que aún no están testados sus efectos secundarios y su padre se niega en redondo. Helena robará una dosis, y pronto comenzará a cambiar de carácter.

Scanners 3
Helena (Liliana Komorowska)

Comentario:
Rodada inmediatamente después de la segunda entrega de la saga, y estrenada ambas el mismo año, esta nueva historia sobre los scanners rompe ya del todo con los personajes de la película original, aunque manteniendo a Christian Duguay en la dirección, que debutó en la gran pantalla con estas dos secuelas tras dirigir la serie Guillermo Tell.

Si la segunda parte ya no era buena, esta tercera es ya un completo desastre. Ni siquiera hace el pequeño intento de la anterior de expandir el universo de la saga, ofreciendo más explosiones de cabezas, algún desnudo gratuito, y unas escenas de acción bastante lamentables. Aunque si en la anterior Duguay solventó los de combates (físicos y psicológicos) con algo de solvencia, aquí directamente se presenta con unas coreografías de lucha mal trabajadas, explosiones siempre que se pueda (y, si no se justifican, también), y una edición prácticamente amateur. Parece mentira que hablemos del mismo director y el mismo año (y eso que, insistamos, la anterior ya no es que fuese precisamente una buena película). Al menos sí le concedemos que mantuvo un buen ritmo que consigue que la película no sea todo lo pesada que podría haber sido.

Liliana Komorowska es la más digna de un reparto más que olvidable. Sin estar particularmente bien, y caer en la sobreactuación, sí que creo una villana de mayor entidad que en la anterior secuela, algo que facilita que la película se centre en su personaje por encima de el del héroe, amén del magnetismo de la actriz en cámara. Es la única del trío protagonista que hizo carrera en el cine, aunque en su Polonia natal, eso sí.

Dicen que estas dos secuelas de Scanners se rodaron ante la insistencia de un distribuidor sueco. René Malo le sacó partido a su licencia, pero probablemente enterró las opciones de que la saga se convirtiese en una videofranquicia de serie B de éxito más allá de este doble intento.
Salvo que la vayáis a ver con amigos con intención de reíros de algunas escenas imposibles que salpican la cinta, no os recomendamos perder el tiempo con ella.