
Mientras se rodaban las primeras secuencias de Iron Man, la adaptación cinematográfica del superhéroe de Marvel, el mítico Stan Winston, ganador de cuatro Oscars, y su equipo de maquilladores y artistas de efectos especiales se afanaban en crear todas las armaduras que usa el personaje a lo largo del filme.
“Había trabajado con Stan Winston Studios en Zathura, una aventura espacial y he admirado su trabajo desde hace mucho tiempo”, comenta el director, Jon Favreau. “Siempre me ha parecido un grupo maravilloso y muy colaborador. Era una oportunidad estupenda de presentarle a Marvel todo un nuevo equipo de diseñadores y estaba encantado de lograr que Stan y su gente participaran en una nueva franquicia cinematográfica”.
Stan Winston, por su parte, lo tenía claro “En cuanto supimos que iban a hacer ‘Iron Man’, nos lanzamos a por el trabajo. Soy un gran aficionado al cómic y Jon Favreau entiende perfectamente el concepto de cómo mezclar todas las distintas tecnologías y hacer lo necesario para conseguir que todo funcione, en lugar de meterse en una película que depende fundamentalmente de efectos digitales. El diseño final de estas armaduras es impresionante y estoy seguro de que será uno de los mejores trabajos que ha realizado este estudio”.
Antes de que Stan Winston Studios se pusiera manos a la obra, Favreau ya hacía tiempo que había comenzado el proceso de diseño y concepción seguido para crear las distintas armaduras: “Cuando empecé a trabajar en el proyecto de Iron Man, las imágenes que tenía en mente eran las ilustraciones y pinturas de Adi Granov de la reciente historia Extremis del cómic de Iron Man. Me parecían las imágenes que tenían mejor base tecnológica y también las más dinámicas. Cuando empezamos a hablar de los elementos de diseño, Adi se puso en contacto conmigo al ver que yo había puesto muchas de sus imágenes en la página de MySpace que había creado para la película. Empezamos a mantener correspondencia por correo electrónico, y más tarde voló hasta Los Ángeles para ayudar a supervisar el proceso de diseño de las armaduras. También recurrí al ilustrador Phil Saunders y a Ryan Meinerding para el diseño conceptual, que nos prestaron ambos una ayuda muy valiosa para pulir las distintas versiones de la armadura de Iron Man”.

En la película, la primera armadura que construye Tony Stark durante su cautiverio es la llamada Mark I (Modelo I), conocida simplemente como “armadura gris” en los primeros años del cómic original de Marvel. Favreau comenta el proceso que siguieron para el diseño conceptual de la armadura: “Nunca me acabé de creer que pudiera haber construido una armadura así estando prisionero, sobre todo bajo la atenta mirada de unos captores hostiles. Al diseñador conceptual Ryan Meinerding se le ocurrió la idea de construir la armadura a partir de materiales que se pudieran haber recuperado de otras armas de Industrias Stark. Consiguió idear el concepto de una armadura con aspecto de armamento de guerra de depósito de chatarra. Es probablemente mi armadura favorita de toda la película y la más original de nuestro filme”.
“Ryan es uno de los mejores diseñadores conceptuales de la industria”, agrega Phil Saunders. “Hizo un trabajo increíble al tomar ese diseño metálico puro y limpio, tan icónico y de ciencia ficción, y lo convirtió en algo que pareciera hecho realmente de piezas sueltas y excedentes militares. Puede incluso apreciarse que los paneles traseros de la armadura están menos blindados que los delanteros. Eso surgió de la idea de Tony de: ‘tendré que vérmelas con toda esa gente, sin dejar de avanzar en ningún momento y no quedará nadie detrás porque acabaré con todo el que se interponga en mi camino’. Usamos ese concepto psicológico para idear la armadura del personaje y cómo iba montando las distintas piezas”.
La responsabilidad de construir físicamente la armadura Modelo I, al igual que todas las demás de la película, recayó de lleno en Shane Mahan, supervisor de efectos de trajes de Stan Winston Studios. Mahan, que lleva más de 25 años trabajando para Winston, describe el proceso de construir la armadura: “En primer lugar, los diseños que nos dieron para el Modelo I eran muy sólidos. El concepto era trozo de metal, partes de bombas, una auténtica mezcolanza de piezas. Fue muy divertido de construir, porque cumplía dos funciones: rendía homenaje al cómic original y también mostraba la evolución de Iron Man. Construimos la armadura pensando en que se trataba de un medio para escapar, como una especie de potente tanque humano en torno a su cuerpo”.
Mahan prosigue: “También tuvimos que hacer la armadura lo más ligera posible sin que peligrara su integridad, porque queríamos asegurarnos de que Robert y los especialistas que iban a ponérsela y moverse con ella no tuvieran problemas. La armadura acabó pesando unos 45 kilos porque tuvimos que hacer que la estructura interna fuera lo bastante sólida como para poder aguantar unos cuantos golpes sin que su ocupante acabe aplastado. También la construimos de modo que se pudiera llevar por partes, para que Robert o un especialista pudieran llevar la parte superior sin las piernas y facilitar así el trabajo de los actores”.

La solidez de la armadura Modelo I de Mahan se vio pronto puesta a prueba de manera imprevista cuando el especialista Mike Justice tropezó y cayó al suelo con toda la armadura puesta tras rodar una toma en la cueva. “Cuando vi caer al suelo a Mike de frente, me dio un vuelco el corazón”, recuerda Mahan. “Lo primero que pensé fue: ‘Oh, no, espero que Mike esté bien’, seguido rápidamente de: ‘Oh, no, espero que la armadura no se haya estropeado’. Solamente teníamos una armadura Modelo I así que, si sufría algún desperfecto, habría que arreglarlo en la propia armadura. Por suerte, Mike estaba bien, no le había pasado nada a la armadura y pudimos seguir rodando”.
Para el especialista Mike Justice, caerse al suelo con una armadura de 45 kilos puesta es una parte más de su trabajo. “Caerme con la armadura Modelo I era justo lo que no quería hacer, porque era la más pesada y tenía muchas piezas que podían sufrir desperfectos”, dice Justice. “El mayor inconveniente que tenía el traje era que limitaba mucho la visión periférica y solamente podía ver el suelo que tenía justo delante. Tuve suerte cuando tropecé y caí porque resistí el instinto natural de poner los brazos delante o seguramente me habría roto las muñecas. No tuvieron más que levantarme, limpiarme el polvo y seguimos trabajando”.
Para Downey, la primera vez que le tocó trabajar en el Modelo I le hizo sentir un renovado respeto por su equipo de especialistas. “Me he entrenado durante mucho tiempo y me creía muy duro pero, la primera vez que me puse la armadura Modelo I, casi me da un soponcio”, dice riendo Downey. “No soy claustrofóbico pero, tras andar con ella un par de horas, te sientes hundido y piensas: ‘vale, que vengan los especialistas’”.
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