
Debutó con Cuando dejes de quererme, y ahora cambia de registro para presentarnos la cinta vampírica Todas las lunas. Pero no es la primera incursión del director vasco Igor Legarreta en el género fantástico, ya que antes ya escribió los guiones de Autómata o Regreso a Moira. Hoy nos habla sobre su segunda película:
-Dices de la película que vamos a ver en ella un punto de vista más existencial sobre el mito de los vampiros…
-Bueno, la película pone el foco en la inmortalidad del vampiro, es decir, en su imposibilidad de morir de forma natural. Esa pérdida de su condición de mortal, ese don, unido al paso del tiempo, da a la historia esa mirada existencial.
-A la hora de abordar el tema, ¿había tópicos del vampirismo que querías evitar?
-Nunca hubo un plan preestablecido, nadie dijo “esto o aquello no nos interesa”. Junto con Jon Sagalá, la escritura del guion fue un proceso largo y de búsqueda. Pronto nos dimos cuenta de que teníamos una protagonista que había sido vampirizada, pero que era cualquier cosa menos un monstruo. Esto fue dejando de lado los colmillos, el exceso de sangre, los crímenes… Porque, si hay algún monstruo en Ilargi Guztiak, desde luego no son los vampiros.
-Los bosques vascos tienen magia de por sí. ¿Cómo de importantes te resultaban para ambientar la película?
-Me gusta el proceso de localizar. Y no solo para encontrar bosques o cuevas, también para poder encontrar una cocina. Las localizaciones conforman el mundo que luego acabará siendo la película, los espacios donde se desenvolverán los personajes. Dramáticamente es un proceso muy estimulante.
Ilargi Guztiak quiere trascender los límites de lo real, y sus bosques, cuevas, cascadas, lagos… debían contribuir a generar ese universo mágico. Eso sí, el equipo de la película al completo hemos sufrido un poco un rodaje tan mágico, jajaja

-Este rodaje tan naturalista y de exteriores ya se veía en algunos momentos en tu debut Cuando dejes de quererme. ¿Te sientes más cómodo rodando fuera de un estudio?
-Si hablamos de comodidad para rodar, los exteriores, especialmente lo de Euskadi, no lo son mucho. Estás a merced de la climatología y de la luz y a veces puede ser una experiencia muy frustrante. Pero es verdad que la plasticidad y la libertad de movimientos que ofrece un bosque rara vez lo vas a encontrar en un plató.
-El personaje de Itziar Ituño no tiene nada que ver con los papeles por los que el público la conoce. ¿Crees que va a sorprender a sus fans?
-Espero que lo haga, la verdad, sería buena cosa. Itziar es una actriz muy intuitiva y versátil. Y muy valiente. Su personaje no es sencillo, no tiene un protagonismo constante, aunque resulta fundamental en la historia. Y su carga dramática es brutal. Luego, no me canso de repetirlo, trabajar con ella es una gozada.
-En la película hay un importante peso de la religión. En los últimos años estamos viviendo una nueva ola de terror religioso, un subgénero que desde los 70 no ha parado de ofrecernos títulos ¿qué crees que hace que la religión case tanto con el terror?
-El miedo va en el ADN de la religión, de ello se han nutrido siempre. Pongamos como ejemplo la Iglesia Católica. Sus templos, silenciosos y penumbrosos, las cruces, el color negro, el sacrificio de la eucaristía, la resurrección, el martirio, la vida eterna… el infierno. En ese sentido su puesta en escena es perfecta.
Volviendo a Ilargi Guztiak, lo que me fascina es cómo la mayor parte de las religiones han vendido a sus fieles como gran premio el hecho de poder vencer a la muerte, trascender nuestra mortalidad, y abrazar así una vida posterior que se presupone dichosa y eterna. Hay algo de vampirización en ello, ¿no?

-Ya en el trailer vemos algunas imágenes muy impactantes. ¿Ha sido complicado rodar algunos planos contando con un presupuesto que suponemos habrá sido ajustado?
-Ha sido complicado rodar casi cada plano, jajaja. Sí, la peli no ha sido sencilla; la protagonista es una niña de doce años, y eso ya implica una logística diferente. La cantidad de exteriores, las localizaciones, muchas de ellas de dificilísimo acceso, el rodaje en invierno, subacuático… por no hablar de la pandemia.
La verdad es que, si hemos sacado adelante la película, es gracias al talento y empuje de todo el equipo.
-A ti, ¿te atrae ser inmortal, o le tendrías miedo a una vida eterna?
-Tengo un amigo que suele decir: “Yo no es que no me quiera morir, es que me viene mal hacerlo”, jajaja…
Yo entiendo que una vida eterna no sería vida, sería otra cosa. Quiero decir que lo que entendemos como vida, lo que nos gusta de ella, está sujeto a la mortalidad. Nos gusta una puesta de sol porque es efímera. Disfrutamos de lo que nos gusta porque sabemos que algún día dejaremos de hacerlo. La muerte nos da perspectiva.
Así que, hale, a disfrutar.
En esta categoría
ChatGPT: «Un elemento clave del terror es su capacidad para explorar los miedos humanos»
Zach Cregger: «La anatomía de una broma no es muy diferente de la anatomía de un susto»
Sylvester Stallone: «La audiencia tiene que identificarse con la historia»