
¿Pollos degollados, muñecos con alfileres, zombies poseídos…? Todos asociamos el vudú con prácticas que hemos visto en varias películas. Pero, ¿qué hay de cierto en todo eso? ¿Qué más podemos encontrar detrás de esta religión? Son solamente algunas de las preguntas que se contestan en Vudú (El ocultismo en el cine, volumen 1), una completa guía de cine dedicado a esta práctica, que ha sido editado por la editorial Dilatando Mentes. Hablamos del libro con Dani Morell, coordinador y uno de los autores del mismo junto a varios de sus compañeros del web sobre género fantástico El pájaro burlón.
-¿Por qué iniciáis la colección con el vudú?
-Si te soy sincero, la colección iba a estrenarse con otra de las temáticas previstas y justo apareció un libro en el mercado que trataba sobre lo mismo. Como el volumen dedicado al vudú era el más avanzado que teníamos en la cola decidimos tirar por ahí. Además, nos dimos cuenta de que se trataba del tema menos atractivo para el público general y la verdad es que nos gustan los retos. Hay mucho más de lo que parece detrás del vudú y queríamos contarlo. Personalmente es una temática que me apasiona y creo que así intento transmitirlo en el libro.
-Te encargas de coordinar el libro, que firmáis varios autores. ¿Qué es lo más complicado de escribir un libro así, entre varios?
-Lo más complicado es decidir qué entra y qué se queda fuera a medida que el libro avanza y se acerca la fecha de entrega, pero también debo decir que con esto hemos tenido la suerte de contar con una editorial como Dilatando Mentes, que siempre ha sido muy razonable con los plazos y sobre todo con la estructura del libro. Como coordinador he sentido total libertad a la hora de plantear e ir construyendo el volumen. Eso es algo muy de agradecer y que te obliga a la autoexigencia. El propio editor e impulsor del proyecto, José Ángel De Dios, participa activamente en el mismo y forma parte de la cuadrilla, aportando ideas, reseñas y creando sentimiento de equipo. Hay que tener en cuenta que el resto del grupo es el núcleo fundador de la web El pájaro burlón: Javier J. Valencia, Oscar Sueiro, Xavi Torrents Valdeiglesias, Victor Castillo Rodríguez y un servidor. Nos conocemos desde hace muchos años (algunos venimos del mítico foro de CineFantastico.com) y la relación es fluida y con muchas risas. Otro de los escollos en cuanto a la coordinación viene a la hora de repartir las diferentes películas entre la pandilla; en esto reconozco que he sido más autócrata que mis compañeros ya que fui asignando los filmes un poco a dedo según me interesó. Las películas Blaxploitation a Víctor, que sé que le chiflan como a mí; las clásicas a Javier, que conoce al dedillo todo el meollo de la serie B de los años 30 y 40; el cine español a Oscar, que terminó por aportar al capítulo películas ignotas que yo ni sabía que existían; el cine clásico de aventuras a Xavi, que es todo un experto; el cine inglés y el italiano a José Ángel… etc. También debo reconocer que yo era completamente virgen en esto de coordinar un libro y que ahora daría mucha más cancha a la hora de escoger las películas; no negaré que todos nos hemos tenido que tragar algunos ladrillos que sin embargo merecen estar en el volumen por diferentes motivos.

-Una de las cosas que se agradecen del libro es que no entréis directamente a analizar películas, y que dedicáis más de 100 páginas antes a ponernos en situación, hablando de la historia del vudú, de los antecedentes en la ficción literaria… es algo que se echa muchas veces en falta en otros libros sobre cine, ¿verdad?
-Sí, es algo que a veces echo en falta en otros libros similares, la idea era hacer algo más que una simple guía de películas sobre vudú (que también lo es). Aparte de una introducción histórica –algo difícil de rehuir en esta cuestión tan específica– intento llevarme el tema hacia mi terreno: me interesa mucho el Sur de los Estados Unidos: Luisiana, Nueva Orleans, la música, los pantanos, la brujería y la magia que se asocia a ese ambiente. No en vano es una de las zonas de los EE.UU. con más leyendas de fantasmas, vampiros, casas encantadas e historias de terror por metro cuadrado. El Profundo Sur se nutre de la cultura anglosajona, pero a causa de los turbulentos periodos coloniales también bebe de fuentes francesas y españolas (Florida, Luisiana, etc); así como por extensión de Haití, Cuba, Puerto Rico, Jamaica etc. Todo eso nos permitía hablar del vudú y de todos sus derivados, las religiones y sistemas de creencias caribeños (que también han inspirado muchas películas de terror, como Los creyentes o La serpiente y el arco iris). En algunos aspectos es un libro duro porque habla de la esclavitud, del racismo y de la frivolidad de la ficción a la hora de tratar estos temas, pero a su vez asumo que han surgido grandes obras inspiradas por el mismo y que las he disfrutado como el que más. Es verdad que el libro tiene una introducción bastante extensa por todo esto que acabo de decir, hablo de los primeros relatos pulp, las novelas y los cómics sobre el tema, los videojuegos, incluso hago un repaso a los singulares y a veces extravagantes pioneros que trajeron el vudú a nuestro «confortable» mundo (exploradores, antropólogos, viajeros, periodistas aventureros de principios de siglo XX, etc.), sin embargo hemos intentado que quede todo bastante equilibrado con la parte dedicada al cine y las reseñas de películas propiamente dichas, que es la que más nos interesa en un libro así.
-De todos los tópicos por los que «conocemos» el vudú a través del cine, ¿cuál está más lejos de la realidad?
-El más alejado –y siento decirlo– es el de las muñecas y los alfileres. Todo eso, en realidad, proviene de la brujería tradicional europea (sobre todo anglosajona y alemana) y fue incorporado al mejunje sureño a causa de los procesos migratorios, convirtiéndose en el conjunto de creencias y supersticiones que algunos han bautizado como hoodoo. En cambio, otros temas como el de los loas (espíritus y deidades del vudú) y sus posesiones me parecen más interesantes y son a menudo muy olvidados en la ficción. Papa Legba o el Barón Samedí inspiran muchas películas, pero son solo algunos de los cientos de loas catalogados. Es verdad que los que he puesto como ejemplo son muy espectaculares porque forman parte del panteón de espíritus de la muerte, pero de cara a la fantasía existen muchísimas otras figuras, tanto masculinas como femeninas, que todavía están por explotar. Además, y como explico en la introducción, las primeras aportaciones al tema, tanto literarias como cinematográficas, fueron muy racistas y despectivas, salvo contadas excepciones. Todavía hoy las películas que tratan el vudú contienen mucha carga de paternalismo y condescendencia. Eso no les quita en absoluto calidad cinematográfica, pero todo hay que ponerlo en su contexto.

-Echando un vistazo a los títulos más representativos, siento que a lo que más han llegado (salvando quizá alguna honrosa excepción como Yo anduve con un zombie) es a ser clásicos menores. ¿Está la película definitiva sobre vudú aún por llegar?
-La película definitiva sobre el vudú está por llegar, pero no creo que vaya a ser a corto plazo. Digo esto porque el vudú apareció como una explosión inesperada en una época muy concreta, algo parecido a lo que pasó unos años antes con el espiritismo. Capas muy diversas de la población estadounidense se subieron al carro ocultista como una moda más gracias a lo exótico, erótico y oscuro del tema. Eso fue aprovechado por las revistas pulp y el cine fantástico para exprimir la parte más sensacionalista y morbosa del asunto, pero ya se sabe que las modas son pasajeras y el mundo se hace más pequeño a medida que abrazamos el progreso. Hoy en día el vudú ya no resulta tan exótico ni peligroso como podía parecer en 1940, al menos en líneas generales. Luego está el tema del racismo. Veréis que en el libro aparecen algunos relatos y películas aberrantes en ese aspecto, no olvidemos que la mayoría de obras primerizas provienen de un lugar y una época (Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX) que tenía muchos problemas de corte intolerante. Pero entre las mismas hay películas notables, por eso hemos querido situarlas en el hilo de la historia y advertir de eso sin resultar moralizantes. El vudú no es más que una religión, tan buena o tan mala como cualquier otra, pero practicada por pueblos que no tienen grandes industrias cinematográficas ni capacidad de hacer proselitismo o sátira con su propia cultura. Todavía nos falta por ver una película de terror vudú rodada por haitianos. Luego está el aspecto estético, que es bastante chulo: pantanos, muñecas de trapo, sacerdotisas, música afroamericana, calaveras, cementerios, fantasmas, ceremonias, tiendas vudú con encargados siniestros… etc. Pero todo eso no es más que una construcción que se ha hecho a partir de un sistema de creencias ancestral. Nos puede gustar más o menos –a mi me encanta– pero no son más que una serie de convenciones que tenemos asumidas. Sucede algo similar con el rollo «tiki» que surgió a raíz del surf y la cultura hawaiana a finales de los 50 y 60: las camisas floreadas, las bailarinas, el surf como rebeldía juvenil, la música, los bares y los vasos de cocktail con forma de palmera o calavera son una construcción que bebe de fuentes mucho más antiguas y que en ocasiones nos puede resultar frívola pero muy molona. En los dosmiles hemos tenido algunos intentos loables por resucitar el subgénero (estoy pensando concretamente en La llave del mal, que también se reseña en el libro), pero haría falta algo más que la estética de «pantano y plantación» y la mera «historia de fantasmas» para que se convirtiera en la película definitiva sobre el tema, que a mi entender debería hablar con profundidad del colonialismo, el esclavismo, la persecución religiosa, etc. Todo eso no quita que también pudiera ser una fascinante historia de terror.
-Todo el que ha viajado a Lousiana creo que tarda poco en ver que tiene poco que ver con el resto de EEUU. Incluso como simple turista, rápidamente la comida, la arquitectura… te transportan a otra parte. ¿Está toda esa cultura aún por explotar dentro del cine?
-Totalmente. Y eso no afecta solo a Nueva Orleans y Luisiana; toda la cultura sureña está por explotar en el cine (no en la literatura). El Sur Profundo es la única zona de los Estados Unidos con una gastronomía autóctona surgida a raíz de las aportaciones de los antiguos esclavos, los franceses, los hispanos y los anglosajones. Lo mismo sucede con la arquitectura, la música (¡de ahí salen el jazz, el blues y el rock!), la pintura, la literatura, etc. También es una de las zonas más pobres del país y por si fuera poco, el sureño arrastra unos cuantos complejos de perdedor orgulloso a causa de la Guerra de Secesión. Es impensable que todo ese bagaje no se vea trasladado a la gran pantalla en mayor o menor medida, pero es cierto que hasta el momento lo ha hecho de forma un tanto involuntaria o simplemente para explotar el tópico del redneck cerrado y rural –salvo contadas e interesantes excepciones que encontraréis en el libro–. Hay que decir que si salimos del cine de terror y nos vamos al drama, al cine histórico o al género negro veremos que el tema ha sido mucho más tratado, aunque sea como telón de fondo. Al final del libro añadí un capítulo «cajón de sastre» que recopila y reseña brevemente muchas de esas cintas, sobre todo las que poseen tintes fantásticos o se encuentran en una frontera difusa. Aprovecho para decir que en ese capítulo encontraréis buenas pelis, pero también ha entrado la serie B y Z más descacharrante e ignota.

-Y ya puestos: si hay que elegir una película sobre vudú, ¿con cuál nos quedamos?
-Me quedo con El corazón del ángel, de Alan Parker. Aunque británico, el realizador supo capturar muy bien ese ambiente asfixiante y mágico de Nueva Orleans que comentábamos antes. Y fue un gran experto en música, así que ya te puedes imaginar que la película también aborda el aspecto cultural con seriedad. En cuanto al terror supera la nota con creces; me sigue dando miedo cada vez que la reviso. El premio ex aequo se lo lleva Yo anduve con un zombi de Jacques Torneur, por supuesto. Dedicamos bastante espacio en el libro a esas películas.
-Este libro es el primero de una colección dedicada al ocultismo en el cine, ¿qué será lo siguiente?
-Pues tenemos en el horno a punto de salir el volumen dedicado al cine de terror rural y el paganismo; el mítico folk horror que nos han regalado los británicos y que desde hace unos años va traspasando fronteras. Está coordinado por Javier J. Valencia, una auténtica enciclopedia andante (solo tenéis que leer Universo Twin Peaks de Dilatando Mentes Editorial para saberlo) y una eminencia sobre el tema en cuestión. Yo solo me he encargado de cinco reseñas, pero he visto las primeras galeradas del libro y os puedo asegurar que estamos ante una obra colosal, algo que si pudiéramos traducir al inglés interesaría a los propios británicos. El trabajo de arqueología cinematográfica y documentación que se ha pegado Javier es de los que asustan. En el volumen vamos a disfrutar análisis y reflexión, aparte de multitud de reseñas de películas conocidas, desconocidas y desconocidísimas. Un poco después verá la luz un volumen coordinado por el ínclito Xavi Torrents, responsable también del suculento Expediente Lindelof: De Perdidos a Watchmen, de la misma editorial. La tercera parte de la colección irá dedicada al diablo en mayúsculas, Lucifer, el satanismo y las posesiones demoníacas. No me dejan adelantar mucho más, pero ya veis que todos siguen la misma tónica, están elaborados por el mismo equipo y cuentan con un coordinador apasionado en el tema.
No quiero despedirme sin agradecer la oportunidad que nos brindas con esta entrevista y el trabajo que haces en CineFantastico.com, que es en parte la cuna que nos vio nacer y una de nuestras webs de referencia.
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