Este cuerpo me sienta de muerte (2020)

Título original: Freaky
Año: 2020
Compañía: Blumhouse Productions / Divide/Conquer
Director: Christopher Landon
Guion: Michael Kennedy y Christopher Landon
Reparto:
Vince Vaughn (El Carnicero)
Kathryn Newton (Millie)
Celeste O’Connor (Nyla)
Misha Osherovich (Josh)
Nicholas Stargel (Isaac)

Sinopsis:
El Carnicero es un asesino psicópata que mata a jóvenes, y cuya leyenda ha ido creciendo. Pero, ¿es real? Un grupo de jóvenes lo descubre cuando aparece en casa de uno de ellos durante una fiesta, convirtiéndola en un baño de sangre, y haciéndose con una máscara y una antigua daga que se encontraban en la colección de objetos de la mansión.

Millie, por su parte, es una joven que lidia con los problemas habituales del instituto. La aceptación, la popularidad, el chico que le gusta y no parece hacerle caso… además, ha perdido a su padre recientemente, lo cual ha enrarecido el ambiente en casa. Aunque todo eso serán problemas menores cuando una noche cruce su camino con el Carnicero e intercambien sus cuerpos debido al poder de la daga robada.

Comentario:
En Feliz día de tu muerte Christopher Landon ya había mezclado géneros ofreciendo un cóctel bastante divertido. En esta película repite la fórmula, rodando una comedia de terror que mezcla el slasher con el intercambio de personalidades. ¿Qué haría un asesino implacable en el cuerpo de una quinceañera? ¿Y al revés? Una idea con mucha chispa, que el director sabe aprovechar bien.

Para mí, el mayor problema de la película es Vince Vaughn. Como asesino no termina de convencer (no ayuda el ramplón y excesivamente austero diseño del personaje), y su interpretación como chica roza lo ofensivo y rancio (¿habéis visto esa campaña en la que piden a varias personas «correr como una chica, pegar como una chica….»? Pues Vince -empujado por Landon- cae en todos esos clichés que a estas alturas ya deberían estar superados).

Mucho mejor está Newton en su doble papel, especialmente como asesina. Mucho más implacable y amenazante que Vaughn, la joven deja una prometedora interpretación.
Landon vuelve a ofrecernos un ejercicio con mucha nostalgia, muertes imaginativas y mucho amor por el cine de terror ochentero. No presenta nada nuevo, más allá de la idea central; pero tampoco parece algo ya visto, problema habitual de este tipo de productos.

Ideal como película palomitera de media noche, se mezclan muchos gags, bastante splatter, y algún susto. Todo muy entretenido, con buen ritmo, y sin tomarse nada demasiado en serio. Hay algunos agujeros de guion (ese asesino que pasa de no hablar a convertirse en un animal social, ¿cómo aparece cada uno en su casa tras el primer ataque?…), pero si no les prestamos mucha atención no molestan demasiado y se puede echar muy buen rato con ella.