
Título original: Love and Monsters
Año: 2020
País: Estados Unidos / Canadá
Director: Michael Matthews
Guion: Brian Duffield y Matthew Robinson
Reparto:
Dylan O’Brien (Joel)
Jessica Henwick (Aimee)
Michael Rooker (Clyde)
Ariana Greenblatt (Minnow)
Dan Ewing (Capi)

Sinopsis:
En un futuro cercano, la destrucción de un asteroide que iba a impactar contra la tierra supuso una lluvia de químicos, que hizo que muchos animales de sangre fría mutasen, aumentando su tamaño. Siete años después, los pocos supervivientes de la humanidad viven desperdigados en bunkers, protegidos de la amenaza de los monstruos, saliendo solamente a por víveres. En uno de ellos está Joel, un chico al que sus miedos le impiden hacer algo que no sea cocinar y limpiar en su colonia.
Aimee, la novia de Joel, está en otra colonia, a 140 kilómetros de la suya. Se comunican de vez en cuando por radio, pero Joel se siente solo sin pareja, así que decide arriesgarse y salir al exterior para recorrer la distancia que le separa de su amor. Fuera le esperan grandes aventuras, todo tipo de compañeros de viaje, un cambio existencial… y monstruos, muchos, muchísimos monstruos.

Comentario:
Aunque muchos hablan de los 80s cuando se refieren a esta película, creo que la definiría mejor como una mezcla de las películas de monstruos gigantes de la ciencia ficción de los 50s, actualizadas y mezcladas en una batidora junto a alguna película de humor y aventuras con tintes fantásticos como Zombieland.
Originalmente titulada Monster Problems, la película era un proyecto que rodaba por la Paramount desde el 2012, y que finalmente comenzó a rodarse en el 2018, con vistas a un estreno en el 19. Pero un retraso primero, y la pandemia del COVID después, provocaron que la película se estrenase en streming en el 2020, llegando en abierto a Netflix este 2021.
Es una película de aventuras desenfadada, con personajes a los que querer (uno, al menos) y un atisbo de profundidad emocional, menor de lo que su título definitivo sugiere, pero aún de agradecer. Eso sí, aunque de amor haya lo justo, monstruos hay de sobra, que es lo que hemos venido a ver aquí. Y además bastante espectaculares, lo que le ha valido a la película una nominación a los Oscars (con un presupuesto más modesto que varias de las favoritas a priori).
Toda la película recae sobre un Dylan O’Brien sobrado de carisma, capaz mezclar la torpeza y el miedo de su personaje con el arrojo de un caballero andante sin que los opuestos chirríen al unirse. Y sin ningún problema para lucir química con un perro, un robot, y lo que le pongan por delante. La misma química que tienen el dúo formado por Michael Rooker y la joven Ariana Greenblatt, que pese a lo poco que sus personajes aportan a la historia, sí que dan más colores a la película.
Michael Matthews consigue transmitir la sensación de peligro constante, y no permite que el ritmo decaiga alternando bien momentos de acción con escenas más emotivas, y momentos de humor. Le sale una película muy sencilla, pero tremendamente divertida. Nada más, ¡pero nada menos! Y para toda la familia (sí, vale, algo de espíritu ochentero de la Amblin sí que hay).
Quizá su tercio final no casa con el resto, y alguna sorpresa se ve venir demasiado claramente, pero con todo, nos queda una peli de género tan grande como alguno de sus monstruos. Si hay secuela, le daremos la bienvenida. Joel y su historia de amor se lo merecen.
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