El «mítico» año 2000 comenzaba con un estreno su primer día. El 1 de enero se estrenaba en buena parte del mundo la versión restaurada y ampliada de Fantasia, el clásico de la animación de Walt Disney. Pero con los estrenos navideños del 99 fuertes en taquilla, pocos fueron los que se atrevieron a estrenar su película en Enero, tanto en EEUU como en España.

Unos pocos de esos valientes fueron Walter Hill con Supernova, un film de ciencia ficción que llegaba con polémica, ya que el director había abandonado la película y había terminado siendo montada por otras personas (e incluso se rodaron escenas sin Hill). Otro de los temerarios fue Mike Méndez, que presentaba en Sundance el Convento del Diablo. Pero el que más perdió estrenando en estas fechas fue Daniel Monzón, ya que el Corazón del Guerrero tuvo que lidiar en la cartelera con grandes superproduciones norteamericanas, que no permitieron que el film español obtuviese la recaudación esperada.
Pasado el aluvión navideño, llegaba una fecha muy esperada. La del estreno de la tercera entrega de la trilogía de terror adolescente de los 90 por excelencia: Scream 3 y Wes Craven desencantaron, pero eso no evitó que durante el año se estrenasen varias e internacionales deudoras (unas más que otras) de la saga. Así, en España Álvaro Fernández Armero estrenaba el Arte de Morir, en Alemania Stefan Ruzowitzky hacia lo propio con Anatomía, en Francia Lionel Delplanque con Deep in the Woods, en Chile Jorge Olguín estrenaba Ángel Negro, y hasta en Australia se estrenaba Cut, de Kimble Rendall, con Kylie Minogue entre los protagonistas.
O, el mismo mes que Scream 3, también en EEUU, Pitch Black (David N. Twohy) nos descubría un nuevo antihéroe al que seguir.
En marzo, otra de terror para jóvenes saltaba a las pantallas estadounidenses, en esta ocasión se trataba de Destino Final (James Wong). El mismo mes que el primero de los dos fracasos marcianos del año, Misión a Marte de Brian de Palma.
Todavía en marzo, los Oscars premiaban a Sleepy Hollow por la mejor dirección artística, y a the Matrix con las 4 estatuillas de los apartados técnicos. El Sexto Sentido era una de las perdedoras de la noche, al irse de vacío.
Mary Harron salvaba discretamente una difícil adaptación de la novela de Breaston Ellis, American Psycho, mientras en otras salas se producían también los primeros pases de Frequency (Gregory Hoblit), un thriller fantástico (el primero de los muchos que tenían que llegar posteriormente, al calor del éxito de el Sexto Sentido en el 99). Todo eso ocurría en abril, el mismo mes que se estrenaba Heavy metal 2000 (Michael Coldewey y Michel Lemire) la secuela de uno de los films de animación más populares del fantástico.

En mayo, lo peor y lo mejor se daban la mano. John Travolta se daba el batacazo con Campo de Batalla: la Tierra, dirigida por Roger Christian. Pero mientras, en el festival de Cannes, E. Elias Merhige estrenaba la Sombra del Vampiro, Ang Lee llegaba con Tigre y Dragón, y el genial John Waters hacia lo propio con Cecil B. Demented, tres de los films más interesantes del año.
Junio fue el mes escogido para estrenar el Cuervo: Salvación (Bharat Nalluri solo consiguió pasarlo en varios paises europeos, ya que en EEUU el film fue directo a video, todo un fracaso) el film de animación Titan A.E. (Don Bluth, Gary Goldman y Art Vitello) y uno de los grandes éxitos del año, la paródica Scary Movie (Keenen Ivory Wayans). Un mes antes que los otros dos éxitos del año, X Men de Bryan Singer y Lo que la Verdad Esconde, de Robert Zemeckis.
En agosto le llegaba el turno a los estrenos americanos de la Celda, de Tarsem Singh; Bendición, de Chuck Russell; el Hombre sin Sombra, de Paul Verhoeven; y la reunión de viejas estrellas de Space Cowboys (Clint Eastwood). También Geoffrey Wright estrenaba con éxito Cherry Falls.
Ante la poca relevancia (salvo excepciones, claro está) de las producciones del 2000, el mayor interés de los aficionados se centraba en las noticias de proyectos como las segundas partes de Star Wars, Matrix… o proyectos como Spiderman, el Señor de los Anillos o la nueva versión de el Planeta de los Simios. Cualquier noticia volaba como la pólvora por Internet.

En septiembre, Leyenda Urbana 2 (John Ottman) veía la luz, a la vez que Chistopher Lambert cerraba la saga de los Inmortales con la cuarta entrega, dirigida por Douglas Aarniokoski, o que Álex de la Iglesia presentaba en España la Comunidad en el Festival de San Sebastián, a la postre el film español más taquillero del año. Pero la estrella del mes era el reestreno de el Exorcista, de William Friedkin, con nuevas escenas eliminadas del montaje original.
En octubre, Janusz Kaminski estrenaba Poseídos, otro thriller psicólogico, a la vez que Joe Berlinger consigue unánimes negativas opiniones de su secuela de el Proyecto de la Bruja de Blair.
Para el mes de noviembre comenzaban ya a llegar los estrenos llamados a arrasar durante las vacaciones navideñas, como el Grinch (Ron Howard), la nueva aventura de Schwarzenneger, el Sexto Día (Roger Spottiswoode), y sobre todo el Protegido, nuevo intento del director M. Night Shyamalan y el actor Bruce Willis de repetir el éxito de hacía justamente un año. Ese mismo mes, Antony Hoffman lograba con Planeta Rojo la misma respuesta que Brian de Palma meses antes.
Ya en diciembre, la versión cinematográfica de Dragones y Mazmorras (Courtney Solomon) desencantó a los seguidores de D&D; a la vez que la producción de Wes Craven para Drácula 2000 (Patrick Lussier).
En definitiva, la producción de este año ha sido mayormente mediocre, pero los proyectos que han surgido este año nos hacen esperar un mejor 2001. Esperemos que así sea.
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