
El viaje de Raya en Raya y el último dragón la lleva a través de las cinco tierras de Kumandra, un mundo de fantasía que tiene la forma de un dragón: Heart, el hogar de Raya, una tierra próspera llena de paz y magia; Fang, una tierra poderosa y próspera rodeada de agua; Spine, una tierra insular y remota cuyos habitantes desconfían de los forasteros; Talon, la encrucijada de las cinco tierras y un bullicioso mercado; y Tail, una tierra desértica lejana que se vuelve más aislada a medida que el agua retrocede.
Cada tierra de Kumandra tiene sus propias características físicas y cada clan su propio espíritu, así que los realizadores tuvieron que crear cinco entornos completamente diferentes con distintas estructuras y topografía, cada uno de ellos repleto de personas vestidas de manera diferente y con estilos distintos. “Tenemos un mundo compuesto por cinco tierras diferentes”, explica el productor Osnat Shurer. “Es como diseñar cinco películas. Tienen cinco entornos naturales diferentes construidos con materiales distintos; sus habitantes utilizan colores diferentes y hablan lenguas distintas. Por ejemplo, en la tierra de Heart, están conectados al dragón y el dragón está conectado al agua, por lo que los edificios, las habitaciones, etc. se parecen a una gota: son redondos. Mientras que en la tierra de Fang, todo gira en torno al poder así que las estructuras son potentes y enormes. Todo esto lo han inventado los increíbles miembros del equipo de diseño de producción y desarrollo visual y después se ha trasladado a la película”.
Don Hall, co-director, añade: «Lo que me fascina de la historia es que tiene una escala épica porque discurre a través de estas cinco tierras y estos diferentes grupos, con sus respectivos elementos de fantasía, pero también hay una sensación de intimidad en lo que se refiere al desarrollo del personaje”.

Raya y el último dragón es la primera película de Walt Disney Animation Studios que se inspira en un entorno del sudeste asiático. Desde el principio, la película fue una labor entrañable para varios de los realizadores que pudieron reconocer sus propias raíces en las maravillosas culturas de los diferentes países de la región.
A pesar de que Kumandra es un mundo de fantasía, los artistas y los realizadores diseñaron el aspecto de las diferentes inspirándose en telas, colores y decorados sugerentes que existen en la región para la película transmitiera una sensación de realidad y autenticidad y presentaron especial atención a la tradición y a las costumbres.
Como explica el director Carlos López Estrada: “Hemos hecho una película que está inspirada en las culturas del sudeste asiático y hemos querido asegurarnos de que cuando la gente de esa región la vea y, a pesar de que Kumandra es un lugar inventado, puedan sentir el amor y el respeto que el equipo profesó hacia los maravillosos lugares reales en los que nos inspiramos. Trabajamos muy duro para asegurarnos de que ese mundo que creamos diera una sensación dinámica, que se trasluzca lo que nos sirvió de inspiración para la historia. Queremos rendir homenaje a esas culturas que inspiraron la historia y el mundo de Kumandra”.
Dos grupos de realizadores realizaron viajes de investigación por todo el sudeste asiático, incluidos Laos, Indonesia, Tailandia, Vietnam, Camboya, Malasia y Singapur, para vivir de cerca todas esas culturas. Los viajes de investigación se convirtieron en una experiencia profunda para los miembros del equipo que nunca habían visitado el sudeste asiático de una manera tan inmersiva.

Para el co-director Paul Briggs, fue el sentido de comunidad y confianza lo que le impactó. “Vi que la gente confiaba en nosotros, tanto las personas que conocimos como las familias con las que estuvimos. Todos fueron muy acogedores. Esperaban que estuviéramos allí para aprender y ser respetuosos, y estamos profundamente agradecidos por la generosidad y el espíritu acogedor de todo el mundo”.
Al diseñador de producción Paul Felix no solo le impresionaron la arquitectura, los colores y los diseños de los lugares que visitó, sino también la forma en la que el significado y la estética se entrelazan en todos los aspectos de la vida. “De las personas que conocimos, todas tenían una conexión muy profunda con su pueblo y con su cultura. Conocían todas las viejas leyendas y lo que esto significa estéticamente y que se trasluce en las telas, en la forma de presentar la comida o los arreglos florales. Su cultura y su pueblo tienen un significado muy profundo y eso se nota en todo lo que hacen”.
Uno de los elementos que más impactó a los realizadores fue el papel que desempeñaba la comida en todas las regiones que visitaron, y aunque había similitudes y diferencias en los gustos y en la forma de elaborar los alimentos, la importancia que tiene la comida en toda la región fue una gran fuente de inspiración. “La comida es algo que reúne a todos. Comprendimos su riqueza visual y la aprovechamos para la película”, comenta Osnat Shurer.
Don Hall añade: “Los miembros de nuestro equipo que participaron en los viajes de investigación comprendieron que la comida debía ser un elemento fundamental de la película. Cuando analizábamos el tema de la confianza en nuestra película, comprendimos cómo la comida suele ser una forma de generar confianza y unión, y cómo podíamos utilizarlo como línea temática”.

Durante el rodaje de la película, los realizadores se asesoraron a través de un grupo formado por antropólogos, arquitectos, bailarines, lingüistas y músicos, un grupo que los realizadores denominan Raya Southeast Asia Story Trust. Estos consultores expertos de la región fueron tremendamente útiles para todo el equipo de producción durante la realización de la película para garantizar que, aunque se trata de una aventura de fantasía, se basa en el respeto por las diversas culturas del sudeste asiático que han inspirado la cinta.
Paul Felix y su colega diseñadora de producción Helen Chen se encargaron de traducir la visión de los cineastas y dar vida a Kumandra. Aunque crear el aspecto de cada tierra por separado fue un gran desafío, hubo dos elementos constantes que unificaron las tierras y ofrecieron a los diseñadores un punto de vista bien definido. Chen lo explica: “Para nosotros, los grandes elementos unificadores de Kumandra siempre han sido el agua y el dragón. En nuestra película hay un río que une a todos y, a lo largo de la película, los vemos viajando a lo largo de ese río para visitar cada una de las diferentes tierras. Así que el agua es un elemento que une a todas las tierras en el plano físico. Hicimos todo lo posible para mantener los elementos de agua en los sets. Y además de eso, hay una veneración universal al dragón. Hay motivos en la película inspirados en dragones, pero interpretados según el estilo particular de cada país”.
Las visiones de los realizadores se hicieron realidad gracias a las hábiles manos de Rob Dressel, director de fotografía, de Adolph Lusinky, director de iluminación cinematográfica y del supervisor de efectos visuales Kyle Odermatt y sus equipos. Y además hasta el más mínimo detalle, con una riqueza y profundidad que atrae al espectador a la historia porque se identifica con lo que está viendo.
“El aspecto de esta película es extraordinario y muy cinematográfico. Los equipos de producción lograron dar un aspecto totalmente singular a los entornos, tanto en la filmación como en la iluminación, creando un aspecto audaz y muy diferente para una película animada de Disney”, concluye Estrada.
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